
La práctica del mindfulness es, para Jon Kabat Zinn, una aventura amorosa con la esencia de la vida, una aventura con lo que es.
EL mindfulness siempre se halla presente porque, como se ha escuchado varias veces, no hay otro tiempo más que este.
Aquí y ahora, siempre y en todas partes disponemos del espacio suficiente para comenzar a trabajar.
Atención plena no significa otra cosa que ser consciente de lo que pasa en el momento que vivimos. Y lo que pasa en este momento en que vivimos es sencillamente que no nos ocupamos del ser, la mirada en adultos y niños está en el hacer, en el producir, a veces sin darnos cuenta, viviendo en piloto automático. Muchas personas se apresuran al futuro en lugar de vivir el presente porque no saben cómo hacerlo. El mindfulness es una energía accesible a todo el mundo. Todos podemos inspirar y espirar atentamente. Todos podemos movernos atentamente. Todos tenemos la capacidad de estar atentos, de modo que eso no resulta nada extraño.
Todo el mundo lleva en su interior la semilla del mindfulness, una semilla que, si practicamos, crecerá y estará ahí cuando la necesiten.
La práctica de la plena consciencia mejora la calidad en nuestro aprendizaje y de nuestra vida, ayudándonos a gestionar nuestras emociones y aportándonos paz, comprensión y compasión. Puede enseñarnos a recuperar o perfeccionar nuestra comunicación, ayudándonos a conectar con la alegría de la vida y favoreciendo la reconciliación. Lo importante no es sólo leer y hablar de mindfulness, sino practicarlo.
La plena consciencia nos permite estar completamente presentes aquí y ahora para disfrutar de las maravillas de la vida que tienen el poder de nutrirnos y transformarnos.